Pequeños avances que no parecen nada, pero lo son todo
Tendemos a medir nuestro progreso en función de los grandes logros.
Creemos que solo cuenta lo que se ve, lo que se celebra, lo que marca un antes y un después.
Pero la verdad es que el cambio real, el que transforma, muchas veces ocurre en silencio.
En gestos tan pequeños que a veces ni siquiera los reconocemos como avances.
Los pequeños pasos que sí cuentan
Cuentan los días en los que, aunque no tenías ganas, te levantaste de la cama.
Cuenta ese mensaje que respondiste después de días evitando el contacto.
Cuenta esa caminata corta cuando lo fácil habría sido quedarte en casa.
Cuenta ese pensamiento amable que tuviste hacia ti mismo después de tanto exigirte.
Puede parecer insignificante, pero cada una de esas acciones son señales de movimiento.
De que, aunque no lo notes, estás avanzando.
El progreso no siempre hace ruido
Nos han enseñado a buscar resultados visibles: títulos, éxitos, cambios drásticos.
Pero la vida real no siempre se mide en pasos grandes.
A veces el progreso es simplemente poder estar un poco más tranquilo que ayer.
Poder decir “no pasa nada si hoy no puedo con todo”.
Poder mirarte al espejo y verte con un poco más de ternura.
Esos son los cambios que no salen en fotos, pero que lo cambian todo.
Celebra lo pequeño
No subestimes los pequeños avances.
Cada paso, por pequeño que parezca, está construyendo tu camino.
Porque avanzar no siempre se nota desde fuera…
pero se siente.
Y cuenta 🩷




