¿Eres demasiado exigente contigo?

Te esfuerzas. Te responsabilizas. Buscas hacerlo todo bien.
Pero… ¿cuántas veces te permites fallar? ¿Descansar sin sentir culpa? ¿Sentirte suficiente, simplemente por ser tú?

La autoexigencia extrema es una trampa que muchas personas viven en silencio. Se disfraza de perfeccionismo, de responsabilidad o de motivación, pero en realidad es un generador constante de ansiedad, frustración y agotamiento.

 

¿Qué es la autoexigencia extrema?

Desde la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) entendemos que la autoexigencia se basa en pensamientos rígidos e irracionales, como por ejemplo:

  • “Si no lo hago perfecto, no vale la pena.”

  • “Tengo que rendir siempre al máximo.”

  • “Si no cumplo con todo, decepciono a los demás.”

  • “Si me relajo, todo saldrá mal.”

Estos pensamientos se convierten en reglas internas que te obligan a esforzarte constantemente, incluso cuando ya no puedes más.

Y lo más duro es que, aunque consigas tus objetivos, nunca es suficiente. Porque la exigencia se vuelve una voz interna que siempre pide más.

 

¿Cómo afecta la autoexigencia a tu bienestar?

  • Te cuesta disfrutar de tus logros.

  • No te permites cometer errores.

  • Descansar te genera culpa.

  • Tienes una voz interna muy crítica.

  • Vives en un estado constante de alerta o ansiedad.

Con el tiempo, esta forma de pensar puede llevarte al burnout emocional, al desánimo e incluso a síntomas de depresión o ansiedad.

 

¿Cómo empezar a salir del bucle de la autoexigencia?

Aquí tienes una herramienta práctica basada en la TCC:

🧠 Ejercicio: Desafía tus pensamientos exigentes

  1. Detecta el pensamiento automático exigente.
    Por ejemplo: “Tengo que hacerlo perfecto”

  2. Cuestiónalo con preguntas clave:

    • ¿Este pensamiento es realista o extremo?

    • ¿Qué le diría a una amiga en mi lugar?

    • ¿Qué pasaría si no fuera perfecto, solo suficiente?

  3. Reformula de forma más flexible:

    • “Puedo dar lo mejor de mí, sin exigirme más de lo que puedo dar.”

    • “No necesito hacerlo perfecto para que sea valioso.”

Este tipo de reestructuración cognitiva te permite liberarte de la rigidez mental y empezar a vivir desde un lugar más amable contigo misma.

 

Recordatorio importante:

👉 Ser menos exigente no te hace débil.
👉 Descansar no es rendirse.
👉 Equivocarte no te hace menos valiosa.

Aprender a soltar la autoexigencia no significa dejar de esforzarte, sino poner límites saludables a tu mente crítica y empezar a tratarte con el respeto que mereces.

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